La sucesión de profetas, encargados de guiar a la humanidad, fue casi un anticipo y una primicia primaveral para la aparición del Profeta Muhammad Mustafa, quien fue enviado como misericordia a los mundos.
Una sociedad ignorante, semisalvaje y hasta inconsciente de muchos valores humanos, ha conseguido llegar con su guía a un nivel inimaginable de virtudes, como resultado de su disciplina exterior y su influencia interior, siendo un “guía sincero” que es admirado por toda la humanidad.